A los siete años la miseria y la podredumbre ya eran un escenario natural en la vida de Roberto. Su mundo era la calle, la vía férrea y los cuartos de las prostitutas. Pero luego la lectura se convirtió en una obsesión para él, apartándolo poco a poco de la calle. Con ayuda de su tío pudo conocer las aulas de un colegio, cambiando un destino que se avizoraba penoso.
Con agudeza y sinceridad, Oscar Castro nos sumerge en la difícil vida de Roberto y de todo aquello que lo rodeó desde niño, haciéndonos partícipe de un mundo que muchas veces pasa desapercibido.
Con agudeza y sinceridad, Oscar Castro nos sumerge en la difícil vida de Roberto y de todo aquello que lo rodeó desde niño, haciéndonos partícipe de un mundo que muchas veces pasa desapercibido.
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